La puesta en escena arranca carcajadas entre los culichis
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| Fotografía: Noroeste/Marco Ontiveros. |
CULIACÁN._Una divertida historia que se apega a situaciones reales que se dan en una relación de pareja se recreó en la obra Divorciémonos mi amor, en el teatro Pablo de Villavicencio.
La puesta en escena está engalanada por Sebastián Rulli con el personaje de Alejandro, mientras que la sensualidad de Mariana Seoane da vida a Daniela; Manuel Landeta divierte al público con Beny y el machismo está representado por Melitón, a cargo de Alexis Ayala.
La pareja de tontos que terminaron flechados por Cupido fueron Linda y Diego, encarnados por Adriana Fonseca y José Ron.
La historia se desarrolló en una cabaña que adquirieron Daniela y Alejandro durante su matrimonio de siete años, donde una serie de enredos y situaciones inusuales se presenta y comienzan con los trámites de su divorcio.
El orgullo y la soberbia no permiten que el amor mutuo logre triunfar en su relación, pero los celos son una prueba de que realmente existen sentimientos de por medio y todavía hay algo que rescatar.
La obra culminó con un público que demostró su satisfacción al ponerse de pie y brindar una fuerte ovación hacia los actores, quienes pusieron todo su corazón en el escenario logrando su objetivo, divertir a los culichis que se dieron cita.
TIEMPO: La historia de la puesta en escena se desarrolló en un periodo de aproximadamente dos horas.
LO MEJOR: La excelente actuación de los actores logran que la obra sea del agrado de los asistentes, quienes en su mayoría muestran su satisfacción.
La puesta en escena está engalanada por Sebastián Rulli con el personaje de Alejandro, mientras que la sensualidad de Mariana Seoane da vida a Daniela; Manuel Landeta divierte al público con Beny y el machismo está representado por Melitón, a cargo de Alexis Ayala.
La pareja de tontos que terminaron flechados por Cupido fueron Linda y Diego, encarnados por Adriana Fonseca y José Ron.
La historia se desarrolló en una cabaña que adquirieron Daniela y Alejandro durante su matrimonio de siete años, donde una serie de enredos y situaciones inusuales se presenta y comienzan con los trámites de su divorcio.
El orgullo y la soberbia no permiten que el amor mutuo logre triunfar en su relación, pero los celos son una prueba de que realmente existen sentimientos de por medio y todavía hay algo que rescatar.
La obra culminó con un público que demostró su satisfacción al ponerse de pie y brindar una fuerte ovación hacia los actores, quienes pusieron todo su corazón en el escenario logrando su objetivo, divertir a los culichis que se dieron cita.
TIEMPO: La historia de la puesta en escena se desarrolló en un periodo de aproximadamente dos horas.
LO MEJOR: La excelente actuación de los actores logran que la obra sea del agrado de los asistentes, quienes en su mayoría muestran su satisfacción.
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