2011-07-09•Teatro | Eva Gándara • Monterrey
Regios disfrutan de los enredos de Alexis Ayala, Mariana Seoane, Adriana Fonseca, Sebastián Rulli, Manuel Landeta y Alejandro Herrera, en la puesta en escena “Divorciémonos, mi amor”.
Como era de esperarse, los piropos fueron para Sebastián Rulli. Fotos: Carlos Rangel |
El elenco de la obra “Divorciémonos, mi amor”, encabezado por Sebastián Rulli y Mariana Seoane, triunfó de manera contundente en el Teatro del IMSS la tarde de ayer. El recinto logró abarrotarse a su máxima capacidad y retumbar con una ovación larga en aplausos y felicitaciones.
No cabe duda que los actores logran conquistar al público con sus enredos. |
Desde temprana hora los regios se dieron cita en las afueras del teatro y largas filas se empezaron a formar para el acceso a la primera función que lució a su máxima capacidad.
La divertida comedia de humor negro cautivó con su historia y a la vez sorprendió a la audiencia con el poco conocido talento para hacer reír del reparto.
El elenco logra la ovación de los presentes. |
En la puesta dirigida por Benny Ibarra se aborda la crisis matrimonial que enfrentan Daniela (Seoane) y Alejandro (Rulli), quienes después de siete años de matrimonio y peleas deciden separarse. Para hacerla reaccionar, Alejandro le propone el divorcio a lo que ella por mero orgullo acepta.
En “Divorciémonos, mi amor” aportan su talento actores como Adriana Fonseca, Alexis Ayala, Alejandro Herrera y Manuel Landeta, este último quien logra enamorar a los amantes del teatro con su personaje.
La “complicada” pareja tiene una cabaña en medio del bosque y antes de divorciarse y venderla ambos deciden pasar un último fin de semana en ella. Alejandro con Linda (Adriana Fonseca), su nuevo amor y Daniela con Benny (Manuel Landeta), su amigo gay a quien hace pasar por su amante a fin de provocar la ira de su aún marido.
Es ahí donde se genera una serie de complicados enredos que le dan el toque de comedia a la puesta.
Alexis Ayala fue una de las sorpresas gracias a su papel del hermano mayor de Linda, un regiomontano autoritario quien con pistola en mano llega a velar por su hermana. Además Ayala se gana la ovación del público, pues realiza a la perfección el clásico tono norteño al hablar, lo que provoca las carcajadas de los presentes.
Cabe mencionar aparte el carisma y preferencia que las regias hacen notar por Sebastián Rulli, quien recibe toda clase de piropos en cuanto aparece en el escenario, pues es un actor consentido.
Alejandro Herrera en el papel de Diego, el vecino amante de las computadoras que recita frases de Nietzsche, de San Agustín y de otros filósofos se echó al público a la bolsa, igual que Manuel Landeta, quien al final de la obra se viste de mujer para complicar aún más las cosas.
Durante dos horas los regiomontanos se mantuvieron al borde de las carcajadas con las actuaciones del elenco.
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