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jueves, 14 de julio de 2011

Un divorcio nunca fue tan divertido

Por Arminda Oviedo | Jueves, 14 de Julio de 2011 
Demuestras sus dotes en la comedia
Divorciémonos mi amor" es una obra divertida que mantuvo al público riendo durante casi dos horas.
La puesta en escena tuvo dos presentaciones ayer en el Teatro de la Ciudad Fernando Soler, el público que acudió a la primera función, aunque no abarrotó el recinto, sí gozó del espectáculo protagonizado por Sebastián Rulli, Mariana Seoane, Manuel Landeta, Adriana Fonseca, Alexis Ayala y José Ron.
Una pareja que decide divorciarse por sus constantes peleas
La obra narra la vida de una pareja que se ama, sin embargo debido a sus constantes pleitos deciden divorciarse. Alejandro (Rulli) y Daniela (Seoane) estuvieron casados durante siete años, ella es una mujer ejecutiva que por sus múltiples compromisos provocaba peleas en la relación.
Para hacerla reaccionar Alejandro le pide el divorcio y ella herida en su orgullo lo acepta.
La obra se presentó en el Teatro de la Ciudad Fernando Soler
La pareja tiene una cabaña donde pasaban los fines de semana, a veces peleaban y se reconciliaban, sin embargo por el divorcio deciden ponerla en venta, pero antes que esto suceda, cada uno quiere pasar un último fin en ella; Alejandro con su nueva novia y Daniela con su amigo Benny. Es ahí donde se generan una serie de complicados enredos que le dan el toque de comedia a la puesta en escena.
Alexis Ayala encarna a un norteño bronco, que no permitirá que Alejandro se burle de su hermana Linda. José Ron es Diego, un vecino de Alejandro y Daniela, que resulta ser un genio en computación.
ARRANCAN SUSPIROS
Manuel Landeta arrancó los suspiros de las presentes cuando mostró parte de su anatomía, Mariana Seoane luce espectacular figura y Sebastián Rulli con su sola presencia enloqueció a las asistentes.
Los actores demostraron que aparte de hacer drama en las telenovelas, saben hacer comedia, el público siempre se mantuvo divertido, y seguramente salieron satisfechos, porque aparte de echarse un taco de ojo, la obra los hizo reír y olvidarse un poco de sus problemas.

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